Dentro del subgénero conocido como "cine de catástrofes", hubo lugar para todo tipo de fenómenos atmosféricos durante los años setenta. En esa batalla de la naturaleza contra el hombre, o viceversa, el terremoto también tuvo su trocito del pastel y se convirtió en uno de los personajes del film homónimo de 1974. Allí, Los Ángeles era prácticamente asolada, a los cuarenta y cinco minutos de que el espectador piense que está viendo más un telefilm dramático que otra cosa. A saber, Lorne Greene y Ava Gardner son padre e hija -y sólo se llevaban ¡siete años! en realidad-, George Kennedy no muda jamás su mueca de enfado, Richard Roundtree, Victoria Principal y Marjoe Gortner parecen estar en otra película, Genevieve Bujold también -aunque no sea en la misma, que siempre ha habido clases- y al final, el único que parece entenderse en tal divertido desaguisado es Charlton Heston. La labor de Robson en la dirección salva los escollos como buenamente puede y convierte esta película en una divertida delicia, si se toma en el tono que debe.
La imagen: una cámara que se mueve a un lado y otro, para ahorrar en efectos y maquetas.
El detalle: los cameos de Walter Matthau -que interpreta, sin diálogos, a un borrachín y bajo el pseudónimo Walter Matuschaskayansky (sic)- y del extraordinario secundario Lonny Chapman, como policía y sin acreditar, antes recordado barman de Los Pájaros.
Calificación: ***
La imagen: una cámara que se mueve a un lado y otro, para ahorrar en efectos y maquetas.
El detalle: los cameos de Walter Matthau -que interpreta, sin diálogos, a un borrachín y bajo el pseudónimo Walter Matuschaskayansky (sic)- y del extraordinario secundario Lonny Chapman, como policía y sin acreditar, antes recordado barman de Los Pájaros.
Calificación: ***
No hay comentarios:
Publicar un comentario